
Concuerda con el teatro de nuestros orígenes y el actual teatro balines quienes nos muestran una idea del teatro físico y no verbal, donde los límites del teatro son todo aquello que puede ocurrir en escena, independientemente del texto escrito. El teatro tiene algo de trascendental y sagrado, tal vez, esto es lo que lo llevó a realizar tantos intentos de devolverle al teatro su propio lenguaje.
Su teatro afirma que “... el autor que sólo emplea palabras escritas nada tiene que hacer en el teatro, y debe dar paso a los especialistas de esta hechicería objetiva y animada.” Nos invita a hacer del teatro un medio con el que afectemos directamente al organismo, pues se está prostituyendo la idea del teatro, que para él tiene un único valor: su relación atroz y mágica con la realidad y el peligro.
Es así que demuestra una nueva forma de hacer teatro "teatro de la crueldad", que surge de su intento por captar lo propio y esencial del teatro. Rechaza totalmente las obras maestras fabricadas y representadas tal cual, tratando de demostrar que el teatro va más allá de la palabra.
Para Artaud el teatro era corpóreo. Era la materialización gestual de los sueños. Con temas trascendentales alejado de su época, una época en la que el teatro era social y psicológico.
En cuanto al espacio, propone el romper con la cuarta pared y con el uso convencional del escenario en relación con el espectador, una zona única de comunicación directa entre el actor y el espectador, de modo que éste sea provocado y afectado por la acción más que por las palabras.