No nos referimos al Holocausto que conocemos como sacrificio israelí, aunque cualquier similitud no es coincidencia. Antonio Torres Vásquez (Toto), Licenciado en Arte Dramático por la Escuela Nacional de Teatro (ENT) de Santa Cruz, Bolivia; descubre el titulo de su nueva pieza teatral “Un pequeño holocausto” en la definición encontrada en el diccionario de la Real Academia Española como “acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor” en la cual se incluye a la muerte como sacrificio. Por eso Torres afirma que todos los elementos del Holocausto se encuentran en esta pieza teatral.
A finales del año 2009 “Toto”, como se le conoce en el medio teatral, estaba decidido a comenzar un nuevo proyecto junto a dos amigos: Cynthia Díaz y Luis Caballero. No sabían que pieza montar pero sí estaban decididos a que sería del género humor negro. Iniciaron la búsqueda por una temática, leyeron muchos textos, pero según Torrez “ninguno pedía ser montada”. Después de una intensa búsqueda estos tres amigos se dieron un tiempo que “Toto” aprovecho para escribir la primera escena de lo que sería “Un pequeño holocausto”.
A mediados de enero de este año, Torrez se animó a leer en voz alta la primera escena de su obra a sus amigos Cynthia y Luis. Esta primera escena gustó y los tres amigos decidieron que esa sería la obra a montar y empezaron el trabajo: Toto en la dirección, Cynthia y Luis como parte del elenco de actores de La Paz y con el resto de la historia todavía en proceso de creación en manos del autor. A la par surgió otra iniciativa: ante las dificultades de traslado de los actores para presentar la obra en varias ciudades del país, Torrez encomendó la dirección de la obra en Santa Cruz a Marcelo Sossa, quien a cargo de otro grupo montó la obra en la capital cruceña. El objetivo era presentar Un pequeño holocausto de forma simultánea en la Paz y Santa Cruz, luego intercambiarían las actrices principales en un ejercicio por procurar la adaptación actoral con rapidez. Y así fue.
La puesta en escena de Un pequeño holocausto con el elenco cruceño se presenta con pocos objetos: una mesa, tocos y una radio; todo ello para hacer referencia al interior de una casa familiar donde la madre ejerce un matriarcado radical que ha logrado dominar a sus dos hijos varones en ideologías conservadoras. La hermana se presenta entonces como la puerta de liberación y es ella quien convoca a sus hermanos a esta opción, tal como se menciona en el texto donde este personaje insta a uno de sus hermanos a huir de esta situación: “Hay que irnos lejos, ahora, irnos para siempre, abandonarlo todo, empezar de nuevo, de cero, sin origen ni pasado”.
Esta liberación que busca el personaje de Sandra supone una solución: el asesinato de su madre como un “accidente planificado”, dando pie así al principio de la obra. Sandra asesina a su madre y su cadáver se encuentra en el garaje, hecho que se convierte en el motor de la obra.
La madre juega una figura de autoridad que no deja que los demás personajes tengan
plena libertad sobres sus acciones, se convierte en un personaje de poder que ejerce su dictadura sobre sus hijos. Y aunque no aparece físicamente en escena tampoco está del todo ausente, citando nuevamente a Sandra: "No te das cuenta, esta casa
es el espíritu de mamá..."
plena libertad sobres sus acciones, se convierte en un personaje de poder que ejerce su dictadura sobre sus hijos. Y aunque no aparece físicamente en escena tampoco está del todo ausente, citando nuevamente a Sandra: "No te das cuenta, esta casa
es el espíritu de mamá..."
Para Toto la idea de la muerte de la madre vino por sí sola. No fue premeditada, si sabía que debía haber una muerte, pero tardo en darse cuenta que debía ser el de la madre y después de las primeras dos páginas se convenció de que esa muerte no debía ser un accidente. Una de sus hijas, Sandra, lo haría a propósito. Con ello se convertiría en un holocausto "Esto fue un sacrificio, ¿entiendes?, un sacrificio, y voy a hacer que valga la pena. Yo me voy de aquí, de ti depende venir conmigo" , menciona Sandra después de revelar la verdad.
Aunque es Sandra la asesina, los hermanos se echan la culpa entre ellos, así la historia toma diferentes e inesperados caminos. Un cambio particular es cuando vemos ingresar a escena un personaje que no hace parte de la familia: “Patty” la vecina, antiguo y secreto amor del hermano mayor. Sandra utiliza la llegada de la mujer para revivir en la pareja ese amor y convencer al hermano de escaparse con ella. La hermana de Sandra no corre con la misma suerte, pues se niega a salir de su encasillamiento mental. Y poco a poco la comedia de humor negro, termina en tragedia.
Sandra es quizá el personaje mejor elaborado por Torres. La hace creíble, humana y enferma. Creíble por sus deseos, humana por el instinto asesino y enferma por llevar sus instintos a hechos. Elaboraba meticulosamente su cuartada dándonos a entender desde un principio que aquel accidente no podía ser casual. Planea sus actos de una manera obsesiva, tiene un pensamiento muy ágil y atropellado, ella es alguien decidida. Quizás parecería loca pero solo a los ojos de los demás, dentro de su lógica su razonamiento es implacable. Toto empieza la obra cuando Sandra ya hizo lo peor: matar a su madre. Entonces entra a la casa solo porque quiere llevarse a sus hermanos con ella.
Sorprende al público con su entrada y con cada palabra que sale de su boca. Y aunque no todo sale según lo planificado ella alcanza de alguna manera su libertad.
Toto dirige su montaje en la ciudad de La Paz, donde le da prioridad a la palabra. Los personajes los llevo a escena dándoles una forma caricaturesca. Y como una solución económica para una gira nacional, crea junto a Marcelo Sosa un segundo elenco en la ciudad de Santa Cruz, a quien le deja el segundo montaje de su obra. Para el cual estuvo muy atento al proceso y en constante seguimiento vía Skype “era algo que incluso sin haberlo visto concluido yo sentía que conocía muy bien” comenta Toto a tiempo de recordar el estreno en la ciudad de Santa Cruz, donde lo que más le sorprendió fueron las actuaciones.
Para Marcelo Sosa el trabajo en el segundo montaje de la obra es un crecimiento más como director nos comenta respecto a la obra, “En mi vida artística siempre he procurado plantearme retos”. Con este montaje Toto da comienzo al proyecto que luego denominaría “Montajes paralelos”, con el cual busca que cada año una obra de un autor nacional sea montada en dos ciudades distintas.
“Un pequeño holocausto”, una comedia que te sorprende minuto a minuto con puntos de giro impredecibles, terminando en un final trágico poco esperado.
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