SERES

Elaboración de Proyectos, Diseño Gráfico, Escenografías, Dirección de arte, Iluminación, Producción, Talleres, Capacitaciones, TEATRALES: Obras elaboradas, Puestas en escena, Personajes para recepción, Mimos, Clowns, Números comicos cortos, Estatuas, Zancos, AUDIOVISUALES: Servicio de Casting, Filmación de espectáculos, Fotografías para espectáculos, Books Artísticos.

domingo, 1 de enero de 2012

LA EXPERIENCIA DEL INTERCAMBIO

La actriz cruceña Cecilia Montalván interpreta a Patricia, la vecina, en la obra “Un pequeño holocausto” del autor paceño Antonio Torres, quien impulsa el proyecto “Montaje paralelos” cuyo objetivo es que autores y directores nacionales sean conocidos en todo el país a través del montaje de obras con elencos distintos y de forma simultánea en dos ciudades capitales.

Por esta razón, la actriz Cecilia Montalván viajo a La Paz en Julio pasado para asumir por un fin de semana el rol de la vecina con los actores paceños, de esta manera se entrena al actor para una adaptación pronta en la obra, además que debe adecuarse de forma inmediata a los requerimientos escénicos de los actores de otro elenco distinto al suyo.

Esto permite, según Torres, mayor versatilidad al actor, un entrenamiento para amoldarse a nuevos espacios escénicos de forma inmediata. En Santa Cruz, el elenco es dirigido por Marcelo Sosa, quien ha tomado este proyecto de “Montajes paralelos” como “un reto”.

Según Montalván, en el montaje realizado en Santa Cruz se buscó una puesta en escena minimalista con pocos elementos de utilería para realzar el trabajo actoral, en cambio en La Paz el proceso fue otro y tuvo que enfrentarlo. “Fue bastante intenso y de corta duración, tuve un día para ver el proceso de montaje de luces y reconocimiento de espacio observando al grupo actuar y solo 1 o 2 horas antes a la presentación para interactuar con mi nuevo compañero Lucho Caballero (Alberto)”, comenta. Según Torres, el público paceño recibió la obra muy bien, sobre todo al personaje de Patricia que se presentó con un estilo y ritmo diferente.

UN "HOLOCAUSTO" HECHO POR AMOR



No nos referimos al Holocausto que conocemos como sacrificio israelí, aunque cualquier similitud no es coincidencia. Antonio Torres Vásquez (Toto), Licenciado en Arte Dramático por la Escuela Nacional de Teatro (ENT) de Santa Cruz, Bolivia;  descubre el titulo de su nueva pieza teatral “Un pequeño holocausto” en la definición encontrada en el diccionario de la Real Academia Española como “acto de abnegación total que se lleva a cabo por amor” en la cual se incluye a la muerte como sacrificio. Por eso Torres afirma que todos los elementos del Holocausto se encuentran en esta pieza teatral.

A finales del año 2009 “Toto”, como se le conoce en el medio teatral, estaba decidido a comenzar un nuevo proyecto junto a dos amigos: Cynthia Díaz y Luis Caballero. No sabían que pieza montar pero sí estaban decididos a que sería del género humor negro. Iniciaron la búsqueda por una temática, leyeron muchos textos, pero según Torrez “ninguno pedía ser montada”. Después de una intensa búsqueda estos tres amigos se dieron un tiempo que “Toto” aprovecho para escribir la primera escena de lo que sería “Un pequeño holocausto”.

A mediados de enero de este año, Torrez se animó a leer en voz alta la primera escena de su obra a sus amigos Cynthia y Luis. Esta primera escena gustó y los tres amigos decidieron que esa sería la obra a montar y empezaron el trabajo: Toto en la dirección, Cynthia y Luis como parte del elenco de actores de La Paz y con el resto de la historia todavía en proceso de creación en manos del autor. A la par surgió otra iniciativa: ante las dificultades de traslado de los actores para presentar la obra en varias ciudades del país, Torrez encomendó la dirección de la obra en Santa Cruz a Marcelo Sossa, quien a cargo de otro grupo montó la obra en la capital cruceña. El objetivo era presentar Un pequeño holocausto de forma simultánea en la Paz y Santa Cruz, luego intercambiarían las actrices principales en un ejercicio por procurar la adaptación actoral con rapidez. Y así fue.

La puesta en escena de Un pequeño holocausto con el elenco cruceño se presenta con pocos objetos: una mesa, tocos y una radio; todo ello para hacer referencia al interior de una casa familiar donde la madre ejerce un matriarcado radical que ha logrado dominar a sus dos hijos varones en ideologías conservadoras. La hermana se presenta entonces como la puerta de liberación y es ella quien convoca a sus hermanos a esta opción, tal como se menciona en el texto donde este personaje insta a uno de sus hermanos a huir de esta situación: “Hay que irnos lejos, ahora, irnos para siempre, abandonarlo todo, empezar de nuevo, de cero, sin origen ni pasado”.


Esta liberación que busca el personaje de Sandra supone una solución: el asesinato de su madre como  un “accidente planificado”, dando pie así al principio de la obra. Sandra asesina a su madre y su cadáver se encuentra en el garaje, hecho que se convierte en el motor de la obra.

La madre juega una figura de autoridad que no deja que los demás personajes tengan 
plena libertad sobres sus acciones, se convierte en un
 personaje de poder que ejerce su dictadura sobre sus hijos. Y aunque no aparece físicamente en escena tampoco está del todo ausente, citando nuevamente a Sandra: "No te das cuenta, esta casa 
es el espíritu de mamá..."

Para Toto la idea de la muerte de la madre vino por sí sola. No fue premeditada, si sabía que debía haber una muerte, pero tardo en darse cuenta que debía ser el de la madre y después de las primeras dos páginas se convenció de que esa muerte no debía ser un accidente. Una de sus hijas, Sandra, lo haría a propósito. Con ello se convertiría en un holocausto "Esto fue un sacrificio, ¿entiendes?, un sacrificio, y voy a hacer que valga la pena. Yo me voy de aquí, de ti depende venir conmigo" , menciona Sandra después de revelar la verdad.

Aunque es Sandra la asesina, los hermanos se echan la culpa entre ellos, así la historia toma diferentes e inesperados caminos. Un cambio particular es cuando vemos ingresar a escena un personaje que no hace parte de la familia: “Patty” la vecina, antiguo y secreto amor del hermano mayor. Sandra utiliza la llegada de la mujer para revivir en la pareja ese amor y convencer al hermano de escaparse con ella. La hermana de Sandra no corre con la misma suerte, pues se niega a salir de su encasillamiento mental. Y poco a poco la comedia de humor negro, termina en tragedia.

Sandra es quizá el personaje mejor elaborado por Torres. La hace creíble, humana y enferma. Creíble por sus deseos, humana por el instinto asesino y enferma por llevar sus instintos a hechos. Elaboraba meticulosamente su cuartada dándonos a entender desde un principio que aquel accidente no podía ser casual.  Planea sus actos de una manera obsesiva, tiene un pensamiento muy ágil y atropellado, ella es alguien decidida. Quizás parecería  loca pero solo a los ojos de los demás, dentro de su lógica su razonamiento es implacable. Toto empieza la obra cuando Sandra ya hizo lo peor: matar a su madre. Entonces entra a la casa solo porque quiere llevarse a sus hermanos con ella.

Sorprende al público con su entrada y con cada palabra que sale de su boca. Y aunque no todo sale según lo planificado ella alcanza de alguna manera su libertad.

Toto dirige su montaje en la ciudad de La Paz, donde le da prioridad a la palabra. Los personajes los llevo a escena dándoles una forma caricaturesca. Y como una solución económica para una gira nacional, crea junto a Marcelo Sosa un segundo elenco en la ciudad de Santa Cruz, a quien le deja el segundo montaje de su obra. Para el cual estuvo muy atento al proceso y en constante seguimiento vía Skype “era algo que incluso sin haberlo visto concluido yo sentía que conocía muy bien” comenta Toto a tiempo de recordar el estreno en la ciudad de Santa Cruz, donde lo que más le sorprendió fueron las actuaciones.

Para Marcelo Sosa el trabajo en el segundo montaje de la obra es un crecimiento más como director nos comenta respecto a la obra, “En mi vida artística siempre he procurado plantearme retos”. Con este montaje Toto da comienzo  al proyecto que luego denominaría “Montajes paralelos”, con el cual busca que cada año una obra de un autor nacional sea montada en dos ciudades distintas.

La actriz, Cecilia Montalván, que encarna a “Patty” la vecina de los hermanos en el montaje de Santa Cruz, ha viajado el pasado mes de julio a La Paz, para hacer una presentación con el elenco original y se planea que en el mes de Noviembre de este año la actriz paceña que encarna el mismo papel venga a la ciudad de Santa Cruz a realizar una presentación junto con el elenco dirigido por Sosa. En diciembre se presentaran ambos elencos en la ciudad de Cochabamba en el Festival Bertolt Brecht. Toto explica que el objetivo de esta propuesta es dar a conocer a los autores y actores bolivianos en diferentes regiones.

“Un pequeño holocausto”, una comedia que te sorprende minuto a minuto con puntos de giro impredecibles, terminando en un final trágico poco esperado.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Entrevista publicada en El Deber


“El teatro absorbió mi existencia” “El 24 y el 26 de este mes volverá Triciclo, esta vez en la AECID”
María Delicia Landívar Zamora
Da la impresión de que es exagerado afirmar que María Delicia Landívar Zamora se jugó la vida por el teatro. Pero, en el fondo, esa expresión cobra sentido si se considera la ilusión que tenían sus padres de que siguiera la carrera de Arquitectura.
A María la apasiona la representación escénica de la existencia. Con sus 24 años de edad que los luce como quilates, desafió todos los retos naturales que para la economía de subsistencia significa dedicarse al arte. En enero pasado creó la compañía teatral Seres, que en julio estrenó Triciclo, una obra que narra la historia de seres marginados y automarginados que, en su inocencia y la presión por pagar el triciclo con el que se ganan el día, cometen un crimen. Empiezan a despedirse de sus amigos y a regalar sus cosas, pues suponen que serán condenados a muerte. Es una mezcla de temores, pesadillas, conflictos interiores e ilusiones que volverá al escenario, en la AECI, el 24 y 26 de este mes.

-¿Cómo ingresó a este ámbito artístico?
-Desde chica me gustó el arte. En la escuela declamaba y participaba en danzas, pero no tenía la oportunidad de hacer teatro porque en vacaciones se abrían los talleres y mi familia viajaba. Siempre me quedaba frustrada. Cuando me quedé a vivir en Santa Cruz aproveché para estudiar en la Escuela Nacional Hombres Nuevos.
- ¿Cuál fue la reacción familiar cuando adoptó esa determinación?
-Para mí fue bien complicado. Fui la oveja negra de la familia, donde la mayoría buscaba profesiones con solvencia económica. Digo complicado porque vengo de una familia de ingenieros, pilotos y abogados. Mi padre soñó que yo estudiaría Arquitectura. Desde que me contagié del  teatro lo que hice fue romper barreras y en ese orden voy camino a mi realización.
- Se suele decir que dedicarse al arte lo lleva a uno a vivir pobre, ¿qué opina al respecto?
- Creo que hace falta muchas estrategias para vivir del  arte al que uno se dedique. Para ello hay que empaparse completamente de una mentalidad creadora y buscar todas las salidas posibles a fin de no desviarse del objetivo. En mi caso, lo que me ayuda a tener un equilibrio económico es la pedagogía teatral, enseñar a jóvenes o hacer asesoramiento artístico a grupos que se están formando. Soy directora de Seres y también maestra en el colegio De la Sierra.

-¿Cómo define al teatro?
-Es muy cliché decir que es mi vida. Considero que es una forma de expresión que necesitamos todos los seres humanos. A los que nos dedicamos a este quehacer nos permite gritar lo que sucede en la sociedad, podemos denunciar al punto de tener el atrevimiento de tapar con una comedia o con lo absurdo una realidad que no queremos ver, o que la gente no quiere ver. Es un grito de profunda comunicación social. Un autor decía que si alguna vez nos encontramos en un escenario es porque hubo algo en nuestras vidas que no pudimos superar. Realmente el teatro absorbió mi existencia.

- ¿Antes de fundar la compañía Seres actuó en alguna obra?
- En 2007 participé en un festival internacional de teatro en Santa Cruz con Bodas de sangre, de García Lorca. Vino una española a dirigirla. Después de eso hice obras infantiles, lo que más se puede promover. Luego nos presentamos en un fondo concursable de la Asociación Pro Arte la Cultura (APAC) con las Mininas del leal Camp. Ganamos  y eso nos permitió presentarnos en toda la Chiquitania. Este año abrimos el festival, inicialmente teníamos tres presentaciones y acabamos haciendo nueve.

- ¿Cuesta organizar una compañía de esta naturaleza?
- Hubo que superar muchos escollos, porque aquí no hay un movimiento cultural amplio. Tuve que enfrentar problemas que van desde la discriminación por ser mujer o por ser menor de edad. Por otro lado en Santa Cruz está más arriba lo social y la farándula. Si la mujer es actriz debería ser modelo también. Cuesta mucho ingresar en este ámbito si no se está involucrada en todo eso. Hasta ahora me sigue costando. Hay centros culturales que me cierran las puertas porque ya tienen definidas sus compañías a las que le dan cobertura. No se animan a aceptar lo nuevo, a arriesgarse con los jóvenes.

- Si una empresa le ofrece un trabajo con alto sueldo, y eso implica dejar el teatro, ¿lo aceptaría?
-No. Definitivamente no. Creo que mientras esté involucrada con la cultura puedo aceptar varias cosas y diferentes cargos, pero nunca descuidando el teatro. Eso lo he dejado bien claro en varias entrevistas frustradas: no voy a dejar este arte. Hay tiempo para todo. Considero que uno nunca debe desviarse de lo que se quiere en la vida, de hacer lo que a uno le gusta.

Ella
Es hija de Ernesto Landívar y Rosa Zamora. Tiene dos hermanos: Oscar Daniel y Gustavo.  Egresó en Arte Dramático en la UCB y actualmente estudia el octavo semestre de Comunicación Audiovisual en Diakonía. Tiene en su haber una larga trayectoria de actuaciones teatrales. Creó y dirige la compañía Seres y trabaja como maestra de teatro en el colegio De la Sierra.

domingo, 14 de agosto de 2011

El teatro y su doble de Antonin Artaud


Antonin Artaud (1896-1948) reúne todos sus escritos en el libro “El teatro y su Doble” en el año1935, afirmando que el teatro debe ser mágico y el director un hechicero. En este contexto, el actor debe descubrir su Yo interno y Yo externo, debe enterarse de que tiene un doble, y al ser consciente de que está compuesto de dos sombras, debe ser capaz de realizar una constante búsqueda hacia sus orígenes.

Concuerda con el teatro de nuestros orígenes y el actual teatro balines quienes nos muestran una idea del teatro físico y no verbal, donde los límites del teatro son todo aquello que puede ocurrir en escena, independientemente del texto escrito. El teatro tiene algo de trascendental y sagrado, tal vez, esto es lo que lo llevó a realizar tantos intentos de devolverle al teatro su propio lenguaje.

Su teatro afirma que “... el autor que sólo emplea palabras escritas nada tiene que hacer en el teatro, y debe dar paso a los especialistas de esta hechicería objetiva y animada.” Nos invita a hacer del teatro un medio con el que afectemos directamente al organismo, pues se está prostituyendo la idea del teatro, que para él tiene un único valor: su relación atroz y mágica con la realidad y el peligro.

Es así que demuestra una nueva forma de hacer teatro "teatro de la crueldad", que surge de su intento por captar lo propio y esencial del teatro. Rechaza totalmente las obras maestras fabricadas y representadas tal cual, tratando de demostrar que el teatro va más allá de la palabra.

Para Artaud el teatro era corpóreo. Era la materialización gestual de los sueños. Con temas trascendentales alejado de su época, una época en la que el teatro era social y psicológico.

En cuanto al espacio, propone el romper con la cuarta pared y con el uso convencional del escenario en relación con el espectador, una zona única de comunicación directa entre el actor y el espectador, de modo que éste sea provocado y afectado por la acción más que por las palabras.

Promueve la búsqueda de un teatro total, la unión de todos los medios posibles (música, danza, luces, vestuarios, sonidos, gestos, uso de máscaras, etc.) para atacar a los sentidos y lograr así la caída de las máscaras de actores y espectadores. “…al igual que la peste, el teatro es un delirio, y es contagioso. El espíritu cree lo que ve y hace lo que cree: tal es el secreto de la fascinación.”

viernes, 22 de julio de 2011

“HUMANAS” Una obra creada desde la estupidez

"Humanas", obra ganadora del segundo fondo concursable para teatro de calle de la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) que constantemente esta incentivando el arte en nuestra ciudad. Esta obra tiene un peculiar génesis que la marca de principio a fin.
Su director, Cesar Estrada, psicólogo de profesión, se encontraba buscando textos de su interés cuando encontró a Manfred Mannif, un economista que menciona una anécdota en su investigación sobre las principales diferencias entre el ser humano y el animal. Todas las cosas que encontraba Mannif eran similitudes, entonces se preguntó, ¿En qué difiere realmente un animal de un ser humano? No tuvo inconveniente y Mannif fue a buscar a su padre para comentarle que no encontraba algo que realmente los diferenciara. Su padre, sin dar vueltas, le contesto que probara con la estupidez.
Es así que la compañía “Teatro animal”, liderizada por Estrada, decide mostrar esta situación de forma creativa: La situación hombre-animal se invierte. Reflejando una actitud aun más deshumanizadora. Su propuesta es mediante un circo en el cual el poder se visualiza de forma clara y el maltrato a las bestias, ahora humanas, marca el conflicto de la puesta en escena, desde el primer momento. Cada personaje perfectamente construido. El león, como no podía ser de otra manera, el dueño del circo. El abusivo, el que tiene el poder. Latiguea y obliga a los otros animales a hacer acrobacias de peligro.
La zebra: Blanquinegro, mudo, como un mimo, sometido y obediente, el primer personaje que nos hace doblar de risa. Asiente todo lo que dice el León, es su asistente personal.
Los felinos: Desarrollan rutinas de acrobacias peligrosas. El perro callejero quiere hacerse pasar por felino, es la representación del payaso, el que quiere ser algo más.
Las bestias: Salen dos jaulas que al abrir la puerta son tres humanos, caminan apurados y se chocan entre ellos, tontos, siempre queriendo huir, ocultarse.
Todo un circo, con tintes teatrales. Una satisfacción cumplida para Estrada después de, según él, muchos intentos.
Cesar Estrada, chileno, es psicólogo egresado de la Universidad de Tarapacá (Estatal), Arica – Chile, con una especialidad en Psicoterapeuta: Teoría y Práctica Clínica de Psicoterapia Humanista Experiencial de E. Gendlin.  Instituto Focusing Chile - New York.  Llega a Bolivia en el 2006 para estudiar Arte Dramático en la Escuela Nacional de Teatro de nuestra ciudad.
La obra y la compañía “Teatro animal” nacieron con y por la iniciativa del ya mencionado fondo concursable, y piensa seguir desarrollándose en el ámbito de calle.

martes, 31 de mayo de 2011







Comedia Teatral para todo público.

Actúan: Carlos Cova, Mariana Sueldo, Edson Maraz y Fernando Azogue.

Dirección: María Delicia Landívar

Narra la historia de unos seres marginados por la sociedad y auto marginados. Presionados por un deuda, cometen un crimen. Sus mentes divagan. Se olvidan, Recuerdan. Suponen merecer la pena de muerte... Acá encontramos que los personajes intentan mostrarnos sus temores, sus conflictos interiores, sus pesadillas y por momentos sus ilusiones.

Para la puesta en escena se utilizo la técnica de Clown. Brindando una obra mágica y llena de humor. Se recurre en ciertas situaciones al audiovisual con la técnica de claymotion. Permite así el empleo simultáneo de elementos visuales, movimiento, luz y lenguaje.

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